El Tango Danza abraza a Cartagena de Indias.
Por:
Leonardo Alba Mejía
En muchos rincones del mundo algunos asisten a la
ceremonia del tango, como una posibilidad de salir del anonimato, de fundirse
con otros en una ronda que tiene sus propias reglas, dictadas por el milonguero
de casa, por el mas avezado de los asistentes o por alguna logia que se ha
autonombrado anfitriona. Junto a ellos convive una infinita oferta de propuestas y
estilos que van trajinando entre tangos sus vidas, cada quien hace lo que su
fantasía propone. Indiferentes o encontrándose están esos que hicieron una
épica tanguera, milongueros con años de baile en sus pies, artistas que van
haciendo sus propias interpretaciones, algunas
ubicadas en el terreno de lo vanguardista como Astor Piazzolla y otros instalados en el
detenido y sereno mundo de la tradición como los que convocan las más antiguas milongas
de Buenos Aires y del mundo.
De todo lo producido, de la vasta oferta de clases
y festivales, el tango va dejando una memoria de acontecimientos y vivencias. Quien
define lo actual o mejor escapa de las dinámicas del marketing porque no vive
en una sola categoría porque más allá de esto, vive la esencia de las cosas que
en la caso del tango se trata de un dialogo danzado. La forma se revive
en cada sesión en el que el tango es convocado, lleva el ritmo del presente de
cada uno de los asistentes.
En el fondo de esta ceremonia tanguera gravita una
historia, la del rio de la plata con sus embarcaciones llenas de inmigrantes,
el drama de lo que se deja y lo que se aventura, para algunos se trata de un
divertimento más como el juego de solitario, para otros algo que hace de espejo
del alma, conexión con lo ancestral, una manera de socializar, de pensarse
artista.
El tango danza lleva una fuerza interna que
despierta preguntas, su lado de misterio siempre queda resonando en el espacio
como una especie de entidad más viva que los propios ejecutantes. Todo eso que
desata es lo que comunicamos en el proyecto pedagógico de la Fundación Piazzolla escuela de tango y lo
estamos proponiendo en la ciudad de Cartagena para aportar a la agenda cultural
de la ciudad. Con el tango la resistencia que genera factores como lo foráneo
se convierte en encuentro y abrazo. En el tango, personas de distintas
condiciones sociales, de raza, credo o nacionalidad a traviesan esas
diferencias, se contienen y crean una danza para comunicar una música, una
cultura y comunicarse entre ellos desde la empatía, la alquimia, la alegría. La
cita con el tango es una cita consigo mismo, con el tiempo que podemos sacar
para darle espacio a la creatividad y para permitir vínculos que nos da el azar
de los destinos que se van juntando en la ronda del tango.
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